jueves, 29 de noviembre de 2012

Wendy Ramos, un clown todo-terreno.

Dio talleres en Colombia, ahora los dará en Brasil y también se prepara para participar en la película de ¨Cachín¨.
Por Wilson Ramal
Egresada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima, Wendy Ramos se inició en el clown en 1991 como una de las fundadoras del grupo ¨Pataclaun¨. En el 2001 creó la Asociación Bolaroja, algo nuevo en Perú que tuvo una gran acogida, iniciando así un nuevo camino que integraba el clown a una corriente de transformación social mayor y la propagación de la felicidad.
Wendy recibió una sólida formación con grandes maestros del clown como Eric Bont, Sue Morrison y más de 20 talleres intensivos con otros maestros de diferentes tendencias (Gaulier, Navarro, Cohen, Puccetti, entre otros). La página web de bolaroja, bolaroja.net, nos habla un poco de su labor:
¨Con todo lo que aprendió en conjunto con su formación profesional, un poco de creatividad y un corazón lleno de pasión, fue nutriendo  lo que llegaría a constituirse como su particular método de enseñanza.  El método Bolaroja.¨
Wendy se reencontrará con su antiguo compañero Carlos Álcantara para ser parte de la película ¨Asu mare¨, inspirada en el exitoso stand-up comedy que él protagonizó años atrás. ¿Pero, es Wendy un ejemplo de la alegría que siempre intenta transmitir? Lucero Díaz, ex alumna de la escuela Bolaroja, nos cuenta un poco de su experiencia en los talleres donde ella era la menor pues tenía 17 años: ¨En nuestras primeras clases nos hacían presentarnos de una forma que nadie se olvide, por ejemplo: me llamo lucero ¡carajo! ¨. Lucero me cuenta que la gente vive bajo el concepto de caerle bien a todo el mundo y esto hace que finjamos. ¨Para ser clown debes aceptarte tal y como eres, sin embargo esto hace que veamos los defectos en los demás y probablemente por eso Wendy se haya divorciado tanto¨ continuaba Lucero. Wendy tiene 45 años y se casó por primera vez a los 24 años y se divorció luego de dos años y medio, luego  se casó por segunda vez a los 32 años y se divorció a los 5 años.
La secretaria personal de Wendy, Francis Patiño, nos cuenta un poco sobre la personalidad de Wendy: ¨Yo me encargo de las citas y ordenar los horarios de Wendy. Ella es una persona muy directa y si algo no le parece te lo dirá,  esto hace que a veces la gente no conecte fácilmente con Wendy.  Hay que ganarse su confianza¨. Esto lo manifestaron también algunos de sus alumnos. Según Eduardo Ascuña, actual alumno de Bolaroja, Wendy es una persona cortante. ¨A ella no le importa si eres actor o de donde vengas; puede que al comienzo, cuando no te conoce, te trate mal pero conforme avanzan las clases y ella ve que te tomas enserio el taller, su actitud cambia¨.
Los alumnos creen que Wendy se toma muy en serio su trabajo, que irónicamente, es hacer reír.
En Bolaroja no sólo te enseñan a hacer sonreír, te entrenan para ser capaz de entenderte a ti mismo, y es a partir de ahí como el taller intenta que te abras al mundo. Ser clown significa avanzar como persona y los talleres de Bolaroja buscan, entre otras cosas, mejorar las relaciones inter e intrapersonales del alumno. El lema que aparece en la página web de Bolaroja: ¨Defendemos la alegría porque creemos en ella, porque estamos convencidos de su infinito poder de transformación¨, nos acerca un poco a los beneficios de su principal objetivo: hacernos reír. Entre otros proyectos se encuentra el de clown hospitalario DOCTORES BOLAROJA que se creó en el 2002 y el que se creó en el 2005: PROYECTO BELEN que lleva alegría a la selva peruana.
Wendy sigue ayudando al nacimiento de nuevos clowns e incentivando con sus talleres la creación de grupos de clown hospitalario y comunitario en Sudamérica o entrenando a grupos ya existentes en Perú, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Estados Unidos, Colombia, Venezuela y Ecuador. Ha representado a Doctores Bolaroja también en Nicaragua, Rusia, Isla de Pascua y España. Recientemente estuvo en Colombia donde estuvo dictando talleres y ahora se prepara para partir a Brasil, uno de los tantos lugares que la contactó para dar talleres fuera de Perú.
Además dirige montajes con los clowns de la escuela, escribe guiones para televisión, diseña y dicta talleres especiales para empresas, da conferencias sobre su trabajo y el trabajo de Bolaroja, realiza (escribe, actúa, musicaliza y edita) videos para su propio blog, en general continua llevando alegría alrededor del Perú y el mundo.
 
Wendy Ramos con la nariz al aire                        
En una entrevista exclusiva, la fundadora de Bolaroja nos habla un poco más de su labor como ¨transformadora¨ de clowns y sus planes a futuro.
¿Qué es lo que más te gusta de enseñar clown?
Lo que más me gusta es ver lo que le pasa a las personas, por eso me encanta enseñar a principiantes, porque ves  como ellos van descubriendo el clown y todas las cosas que hacen, la van asociando a su vida.
¿Cuál crees que ha sido la clave de tu éxito?
Yo creo que es porque estoy enamorada de lo que hago, todo lo que hago me gusta, al comienzo fue difícil porque no siempre podía hacer lo que me gusta, cuando se acabó pataclaun,  me sentía en el aire, ya no había otro espacio donde hacer clown, y yo ya no quería volver a  trabajar en canales como periodista, tenía un trauma. Entonces dije ¿Qué hago? Y pues dije, si no hay el mundo que yo quiero, crea el mundo que tú quieres, y fue así como surgió bola roja, y es ahí donde pude explotar todo lo que tenía, mis dotes de clown, mi habilidad de comunicadora, mi habilidad en el teatro. Yo creo que si haces lo que tú quieres y te sientes bien, y si en algún momento te quitan lo que haces y sientes que te marchitas en vida, entonces es porque realmente eres feliz y has encontrado la clave de tu éxito.
¿Cómo es la relación con tus alumnos? ¿Es fácil ganarse tu confianza?
Al comienzo era muy cercana. Todos juntos para aquí y para allá. Esto generó una relación muy demandante. De ahí yo pase a un: se acabó la clase, chau! Los alumnos por otro lado. Ahora estoy buscando un equilibrio. Obviamente hay gente con la que conecto más y gente con la que no. Si me dicen para ir a comer, yo ¡encantada! No todos mis alumnos se dedican de lleno al clown pero obviamente los que tienen más tiempo son los que les tengo más confianza.
¿Qué limitaciones encuentras con tus alumnos al formarlos como clown?
Hay dos grandes barreras que hay q cruzar: la del miedo y la del ego. Tener miedo a que van a pensar y no hago mucho, se van a reír de mí.  Eso es acá en Perú, en otros países no. El miedo de dar ese paso de mostrar algo que tú quieres mostrar. Por otro lado es importante la inteligencia, no está en los requerimientos pero alguien inteligente entiende todo más rápido y tiene más profundidad en el taller. Inteligencia para asociar cosas y darte cuenta de lo que está sucediendo y encontrar soluciones. Puedes ser un clown para entretener como un clown para transformar. A mí me interesa un clown para transformar, un clown que conmueva a las personas porque abre a ver qué es lo mejor que uno puede hacer en diversos aspectos. Si eres inteligente tienes muchas más cosas para hablar, si has tenido más experiencias tienes más que decir y esto es muy importante. Si un arte no tiene una vida que la complementa es un arte vacío. Mientras más vivas tienes más material. 
Por último ¿Cuáles son tus planes a futuro?
Acabo de venir de Bogotá y voy a viajar a Brasil, luego se viene navidad y estamos pensando de hacer un belencito chiquito, estoy con la obra de teatro Toc Toc, que empiezo nuevamente en enero. Llegando de Brasil voy a actuar en la película de Cachin, que me llamó hace unos días y bueno, lo ayudaré en algunas escenas extra. Ahorita acabo de armar un taller para payasas de nivel experto. El próximo año voy a hacer un unipersonal pero es algo que todavía estoy viendo lo del teatro y cuando empiezo a ensayar. Y bueno, seguiré con mis demás talleres
 
Otra manera de ver la alegría.
 

Wilson Ramal, 18, estudiante de la facultad de comunicaciones de la Universidad de Lima.

 ¨No es fácil crear el mundo que quieres¨

Saliendo a la calle, luego de terminar la entrevista y despedirme de Wendy; caminé 20 metros y a los pocos segundos vi a Wendy corriendo detrás mío para entregarme un sticker de Bolaroja. Esos que se pegan en la refrigeradora. Fue una grata experiencia conversar con ella. Por un momento parecía fácil ser feliz. La forma como consiguió lo que quería parecía sacada de un cuento de hadas. Sin embargo, detrás de la linda forma como me comentó sus logros, se notaba el sacrificio que había significado estar dispuesta a hacer feliz a los demás cuando ella misma no lo fue. Wendy creó el mundo que ella quería: Bolaroja; pero, no es tan fácil como suena. El ser humano no escoge el mundo en el que nace y es obligado a superar todos los obstáculos que se le presentan. ¿Merece Wendy estar en el pedestal donde todos la ponen? Si, y es que esta experiencia me ha mostrado lo humilde y sencilla que puede ser una persona. Más allá de todo lo que ha hecho, debo destacar la inmensa inteligencia emocional que poseen personas como Wendy Ramos. La conocía menos de una hora y ya se despedía de mí con un fuerte abrazo. Hablar con ella te llenaba de una energía que pocas  personas logran transmitir. Me he dado cuenta que para lograr todo lo que ella hizo, debo correr riesgos y en verdad inclinarme hacia lo que me gusta. Solo gustándote lo que haces, logras ser feliz. Si lograr hacer lo que quieres implica un gran esfuerzo y correr un riesgo, no importa, córrelo. Me alegra mucho saber que personas como Wendy hayan logrado esta tranquilidad interior y sigan llevando alegría al Perú y al mundo.
 

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