La Receta de Cappello

¨La empatía es el motivo fundamental por el que el espectador logrará interesarse y querrá saber más de la historia contada¨

Giancarlo Cappello, conocido guionista a nivel nacional y actual profesor de la Universidad de Lima, ganó en el 2001 el primer premio caretas por la carta de amor que le dedicó a quien hoy es su esposa. Últimamente participó en FELAFACS y habló sobre ¨El guionista en su laberinto. Consideraciones y prácticas narrativas de la convergencia¨, donde expone los cambios y consideraciones que está proponiendo la convergencia en la narración de historias, específicamente en lo que se refiere a series de televisión. Él nos contara acerca de cómo es que se debe desarrollar un buen guión y nos hablara acerca de sus anécdotas personales, relacionadas con su trabajo, para darnos una visión más amplia acerca del tema.

 

Por Andrea Villagra, Jairo Marquez y Wilson Ramal

Sabemos que eres profesor de guion ¿Qué recomendaciones darías a tus alumnos para poder producir un buen guión?

 

Que encuentren una buena historia. Porque escribir puede ser relativamente, no voy a decir sencillo, pero puede ser relativamente fácil aprender cuales son las pautas y qué debe pasar y qué no debe pasar o qué se debe buscar y qué no se debe buscar, pero si no tienes una buena historia no vas a poder inflar el globo.

 

¿Cuál es el secreto de un buen guion?

 

Lo más difícil no es escribir, lo más difícil es encontrar qué historia quieres contar porque no todas las historias son para todos los escritores y por extensión para todos los guionistas. El guionista huelga mucho de su sensibilidad, sus gustos, sus demonios, sus aspiraciones, sus filias, sus fobias en la historia. Entonces, no todas las historias sirven para ser contadas por una persona. Asi como hay alumnos que se llevan muy bien con determinado profesor y no enganchan con otro profesor, lo mismo pasa con las historias. Tienes que ser consciente de que historia puedes ser capaz de contar. Mas allá de si te gusta o no te gusta contar.
  

En tu exposición citaste a Jaques Ranciére y hablabas de la emancipación del espectador. ¿Cuál es el origen de este hecho y cuál es su relevancia en el mundo audiovisual?
 

Jaques Ranciére tiene un libro que se llama el espectador emancipado y es un trabajo que el desarrolla a partir de su experiencia en el teatro. Las conclusiones u observaciones de este trabajo pueden perfectamente extraponerse a lo audiovisual porque el núcleo del asunto es el espectador. La tesis fundamental es que el espectador ya no compra o asume la lectura que la propia historia le propone; es decir, cuando yo te cuento la caperucita lo sustancial o la lectura natural que tu vas a tomar de ahí es una niña que por no hacer caso se fue por donde no debió y el lobo la pilló. En fin, esa sería la lectura natural que compraría el espectador normal. Es la lectura que propone la misma historia. El espectador se siente emancipado porque no asume esa lectura o la puede asumir pero en verdad la va a validar a partir de otras cuestiones,  ¿Cuáles son esas cuestiones? Los puntos o las conexione o los nexos sensibles que encuentre el espectador con la historia. Si bien podríamos resumir de manera grosera que la caperucita es la historia de una niña que es desobediente, el espectador emancipado no te va decir necesariamente que esa es la historia, te va a decir: Es la historia de los riesgos, ella apostó por lo que pensaba y ¨pucha no le salió pues¨. Y asi hay apuestas en la vida donde uno tira las cartas y a veces sale y a veces no sale. Entonces cuando tú, sin saber que proviene de la caperucita, piensas que son dos historias diferentes, y asi como este personaje puede hacer la lectura del juego y el riesgo, otro podría hacer otra lectura. Entonces la importancia o lo interesante de notar en esto es que todas las series que circulan ahora por televisión tienen miles de seguidores pero todos conectan con la historia de manera distinta. Todos saben de que trata, todos concuerdan en que es bacán, pero lo que determina su filiación son esos hilos sensibles que consigue establecer con la historia. Entonces en resumen el espectador emancipado se emancipa de la historia en sí misma y le otorga un nuevo sentido o significado a partir de su propia experiencia. Tú vas a disfrutar una historia en la medida en que encuentres en ella más elementos con los cuales explorar y jugar con tu propia sensibilidad.
 

Crees que los productores sacan provecho de este hecho hoy en día?
 

Bueno, las series gringas si hacen un montón de esto. De hecho todo lo que llamamos convergencia, tras-media y participación del público es el resultado de esto, o sea el público como se compromete emocionalmente con la historia no puede estar tranquilo, necesitan participar y los productores son conscientes de esto, es más, es probable que cuando un conductor empiece a trabajar en la historia esté viendo la manera de adelantarse a cuáles podrían ser las reacciones de la gente, si lo aprovechan en términos dramáticos, estoy seguro que sí. Si me preguntas si lo aprovechan en términos económicos, no lo sé, pero probablemente sí.

Volviendo al tema del guión, ¿Cómo encuentras una idea?
 

Yo a los alumnos les digo hay dos maneras de llegar a una buena historia, lo normal es que, y esto puede sonar platónico, es que la historia se aparezca delante de ti y se revele. Entonces, ¡ah ya!, esta es la historia o esta es la situación y a partir de ahí empiezas a desagregarla y a explorarla y a descubrir cuál es el núcleo que la mueve. En el curso de narrativa, como tienen que escribir una historia y no podemos esperar a que las musas te iluminen normalmente yo le digo a  los chicos que hay dos maneras: o encuentran un personaje, un tipo, un comportamiento o un carácter que puede les llame la atención y a ese carácter le crean una situación que vaya a poner de manifiesto y vaya a explotar de mejor manera esas cualidades; o si no encuentran a un carácter, un personaje o un tipo que le llame la atención, piensen en una situación que les llame la atención y luego crean a un personaje que sea el ideal para sacarle el provecho y narrar dramáticamente mejor la situación que estas pensando.
 

¿Cómo haces para que los diálogos sean coherentes y entretenidos y el espectador logre conectar con los personajes?
 

Lo más importante es conocer tu historia y a tu personaje. Puedes tener una idea de qué acciones pueden ocurrir pero esas acciones no son tu historia. Tu historia es lo que subyace a esas acciones. Si tú no tienes claro cuál es esa historia que ofrecen las acciones, terminas contando un videojuego, un personaje que va de A a B. Eso lo puede hacer cualquiera, lo que tienes que hacer es contar el núcleo de la historia y si se trata de una realización o el tipo esta oprimido porque no se puede revelar al padre porque quiere ser guitarrista, entonces, las acciones que vas a desarrollar no van a tener que ver con conseguir el puesto de guitarrista o no, sino con como superas eso. Encontrar la historia es el primer paso y el segundo paso es conocer la historia. Una vez que ya conoces la historia ya sabes quién es quien y si sabes quién es quien deberías saber cómo es quien. Si ya sabes cómo es, deberías saber también como hablaría y cómo reaccionaría. Entonces la clave para los diálogos es conocer a tu personaje porque nadie habla igual. Pese a que vivimos las mismas situaciones, nadie habla igual. Tienes 80 profesores y estoy seguro que cada uno habla de manera diferente. El hablar no solo es el vocabulario o la entonación; tiene que ver con la carga, el ritmo, el peso, la construcción de frases y todo lo que lo hace distinto. Entonces, ¿cómo logras que el espectador conecte con el personaje? Existen dos rieles en la construcción de una película: el eje de la acción y el eje de la información. Lo que ustedes van a hacer más rápido es encontrar el eje de la acción y este por sí solo no engancha, ósea no hay una compenetración. Engancharse con una película va más allá de un simple gusto. Es algo más complejo  ¿Me siento comprometido con la historia?, ¿Tengo empatía con la historia? La empatía es el motivo fundamental por el que el espectador logrará interesarse y querrá saber más de la historia contada.