Por Wilson Ramal
Egresada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la
Universidad de Lima, Wendy Ramos se inició en el clown en 1991 como una de las
fundadoras del grupo ¨Pataclaun¨. En el 2001 creó la Asociación Bolaroja, algo
nuevo en Perú que tuvo una gran acogida, iniciando así un nuevo camino que
integraba el clown a una corriente de transformación social mayor y la
propagación de la felicidad.
Wendy recibió una sólida formación con grandes maestros del
clown como Eric Bont, Sue Morrison y más de 20 talleres intensivos con otros
maestros de diferentes tendencias (Gaulier, Navarro, Cohen, Puccetti, entre
otros). La página web de bolaroja, bolaroja.net, nos habla un poco de su labor:
¨Con todo lo que aprendió en conjunto
con su formación profesional, un poco de creatividad y un corazón lleno de
pasión, fue nutriendo lo que llegaría a constituirse como su
particular método de enseñanza. El método Bolaroja.¨
Wendy se reencontrará con su antiguo compañero Carlos
Álcantara para ser parte de la película ¨Asu mare¨, inspirada en el exitoso
stand-up comedy que él protagonizó años atrás. ¿Pero, es Wendy un ejemplo de la
alegría que siempre intenta transmitir? Lucero Díaz, ex alumna de la escuela
Bolaroja, nos cuenta un poco de su experiencia en los talleres donde ella era
la menor pues tenía 17 años: ¨En nuestras primeras clases nos hacían
presentarnos de una forma que nadie se olvide, por ejemplo: me llamo lucero ¡carajo!
¨. Lucero me cuenta que la gente vive bajo el concepto de caerle bien a todo el
mundo y esto hace que finjamos. ¨Para ser clown debes aceptarte tal y como
eres, sin embargo esto hace que veamos los defectos en los demás y
probablemente por eso Wendy se haya divorciado tanto¨ continuaba Lucero. Wendy
tiene 45 años y se casó por primera vez a los 24 años y se divorció luego de
dos años y medio, luego se casó por
segunda vez a los 32 años y se divorció a los 5 años.
La secretaria personal de Wendy, Francis Patiño, nos cuenta
un poco sobre la personalidad de Wendy: ¨Yo me encargo de las citas y ordenar
los horarios de Wendy. Ella es una persona muy directa y si algo no le parece
te lo dirá, esto hace que a veces la
gente no conecte fácilmente con Wendy.
Hay que ganarse su confianza¨. Esto lo manifestaron también algunos de
sus alumnos. Según Eduardo Ascuña, actual alumno de Bolaroja, Wendy es una
persona cortante. ¨A ella no le importa si eres actor o de donde vengas; puede
que al comienzo, cuando no te conoce, te trate mal pero conforme avanzan las
clases y ella ve que te tomas enserio el taller, su actitud cambia¨.
Los alumnos creen que Wendy se toma muy en serio su trabajo,
que irónicamente, es hacer reír.
En Bolaroja no sólo te enseñan a hacer sonreír, te entrenan
para ser capaz de entenderte a ti mismo, y es a partir de ahí como el taller
intenta que te abras al mundo. Ser clown significa avanzar como persona y los
talleres de Bolaroja buscan, entre otras cosas, mejorar las relaciones inter e
intrapersonales del alumno. El lema que aparece en la página web de Bolaroja:
¨Defendemos la alegría porque creemos en ella, porque estamos convencidos de su
infinito poder de transformación¨, nos acerca un poco a los beneficios de su
principal objetivo: hacernos reír. Entre otros proyectos se encuentra el de
clown hospitalario DOCTORES BOLAROJA que se creó en el 2002 y el que se
creó en el 2005: PROYECTO BELEN que lleva alegría a la selva peruana.
Wendy sigue ayudando al nacimiento de nuevos clowns e
incentivando con sus talleres la creación de grupos de clown hospitalario y
comunitario en Sudamérica o entrenando a grupos ya existentes en
Perú, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Estados Unidos, Colombia, Venezuela
y Ecuador. Ha representado a Doctores Bolaroja también en Nicaragua, Rusia,
Isla de Pascua y España. Recientemente estuvo en Colombia donde estuvo dictando
talleres y ahora se prepara para partir a Brasil, uno de los tantos lugares que
la contactó para dar talleres fuera de Perú.
Además dirige montajes con los clowns de la
escuela, escribe guiones para televisión, diseña y dicta talleres
especiales para empresas, da conferencias sobre su trabajo y el
trabajo de Bolaroja, realiza (escribe, actúa, musicaliza y edita) videos
para su propio blog, en general continua llevando alegría alrededor
del Perú y el mundo.
Wendy Ramos
con la nariz al aire
En una entrevista exclusiva, la
fundadora de Bolaroja nos habla un poco más de su labor como ¨transformadora¨
de clowns y sus planes a futuro.
¿Qué es lo que más te gusta de enseñar clown?
Lo que más me gusta es ver lo que
le pasa a las personas, por eso me encanta enseñar a principiantes, porque
ves como ellos van descubriendo el clown
y todas las cosas que hacen, la van asociando a su vida.
¿Cuál crees que ha sido la clave de tu éxito?
Yo creo que es porque estoy
enamorada de lo que hago, todo lo que hago me gusta, al comienzo fue difícil
porque no siempre podía hacer lo que me gusta, cuando se acabó pataclaun, me sentía en el aire, ya no había otro
espacio donde hacer clown, y yo ya no quería volver a trabajar en canales como periodista, tenía un
trauma. Entonces dije ¿Qué hago? Y pues dije, si no hay el mundo que yo quiero,
crea el mundo que tú quieres, y fue así como surgió bola roja, y es ahí donde
pude explotar todo lo que tenía, mis dotes de clown, mi habilidad de comunicadora,
mi habilidad en el teatro. Yo creo que si haces lo que tú quieres y te sientes
bien, y si en algún momento te quitan lo que haces y sientes que te marchitas
en vida, entonces es porque realmente eres feliz y has encontrado la clave de
tu éxito.
¿Cómo es la relación con tus alumnos? ¿Es fácil ganarse tu confianza?
Al comienzo era muy cercana.
Todos juntos para aquí y para allá. Esto generó una relación muy demandante. De
ahí yo pase a un: se acabó la clase, chau! Los alumnos por otro lado. Ahora
estoy buscando un equilibrio. Obviamente hay gente con la que conecto más y gente
con la que no. Si me dicen para ir a comer, yo ¡encantada! No todos mis alumnos
se dedican de lleno al clown pero obviamente los que tienen más tiempo son los
que les tengo más confianza.
¿Qué limitaciones encuentras con tus alumnos al formarlos como clown?
Hay dos grandes barreras que hay
q cruzar: la del miedo y la del ego. Tener miedo a que van a pensar y no hago
mucho, se van a reír de mí. Eso es acá
en Perú, en otros países no. El miedo de dar ese paso de mostrar algo que tú
quieres mostrar. Por otro lado es importante la inteligencia, no está en los
requerimientos pero alguien inteligente entiende todo más rápido y tiene más
profundidad en el taller. Inteligencia para asociar cosas y darte cuenta de lo
que está sucediendo y encontrar soluciones. Puedes ser un clown para entretener
como un clown para transformar. A mí me interesa un clown para transformar, un
clown que conmueva a las personas porque abre a ver qué es lo mejor que uno
puede hacer en diversos aspectos. Si eres inteligente tienes muchas más cosas
para hablar, si has tenido más experiencias tienes más que decir y esto es muy
importante. Si un arte no tiene una vida que la complementa es un arte vacío.
Mientras más vivas tienes más material.
Por último ¿Cuáles
son tus planes a futuro?
Acabo de venir de Bogotá y voy a
viajar a Brasil, luego se viene navidad y estamos pensando de hacer un belencito
chiquito, estoy con la obra de teatro Toc Toc, que empiezo nuevamente en enero.
Llegando de Brasil voy a actuar en la película de Cachin, que me llamó hace
unos días y bueno, lo ayudaré en algunas escenas extra. Ahorita acabo de armar
un taller para payasas de nivel experto. El próximo año voy a hacer un
unipersonal pero es algo que todavía estoy viendo lo del teatro y cuando
empiezo a ensayar. Y bueno, seguiré con mis demás talleres
Otra manera de ver la alegría.
Wilson Ramal, 18, estudiante de la facultad de comunicaciones de la Universidad de Lima.
Saliendo a la calle, luego de
terminar la entrevista y despedirme de Wendy; caminé 20 metros y a los pocos
segundos vi a Wendy corriendo detrás mío para entregarme un sticker de
Bolaroja. Esos que se pegan en la refrigeradora. Fue una grata experiencia conversar
con ella. Por un momento parecía fácil ser feliz. La forma como consiguió lo
que quería parecía sacada de un cuento de hadas. Sin embargo, detrás de la
linda forma como me comentó sus logros, se notaba el sacrificio que había
significado estar dispuesta a hacer feliz a los demás cuando ella misma no lo
fue. Wendy creó el mundo que ella quería: Bolaroja; pero, no es tan fácil como
suena. El ser humano no escoge el mundo en el que nace y es obligado a superar
todos los obstáculos que se le presentan. ¿Merece Wendy estar en el pedestal
donde todos la ponen? Si, y es que esta experiencia me ha mostrado lo humilde y
sencilla que puede ser una persona. Más allá de todo lo que ha hecho, debo
destacar la inmensa inteligencia emocional que poseen personas como Wendy
Ramos. La conocía menos de una hora y ya se despedía de mí con un fuerte
abrazo. Hablar con ella te llenaba de una energía que pocas personas logran transmitir. Me he dado cuenta
que para lograr todo lo que ella hizo, debo correr riesgos y en verdad
inclinarme hacia lo que me gusta. Solo gustándote lo que haces, logras ser
feliz. Si lograr hacer lo que quieres implica un gran esfuerzo y correr un
riesgo, no importa, córrelo. Me alegra mucho saber que personas como Wendy
hayan logrado esta tranquilidad interior y sigan llevando alegría al Perú y al
mundo.